LA HISTORIA DEL UB LA PALMA:
Por FRAN HERRERA
Los inicios del baloncesto en La Palma:
Corría el año 1933 cuando se disputó por primera vez un partido de baloncesto en las Islas Canarias. Don Miguel Bethencourt, ya fallecido y a quien queremos homenajear desde aquí, recordaba tan histórico momento en un artículo publicado en mayo de 2001:
Un día, el 28 de octubre de 1933, como suscriptor de la revista ilustrada “Algo” recibí el número correspondiente y dentro de ella venían las normas a manera de reglamento de lo principal para la práctica del basket-ball, bello deporte escolar de aquella época. Ese día, y también al siguiente, me lo estudié a fondo con la idea de llevarlo a una pista y jugarlo y hacer competiciones.
El día 30, dos días después de recibir la revista, y después de breves explicaciones (que fueron cada vez más profundas) para el conocimiento de todos aquellos amigos que nos reuníamos para hacer deporte en general, botó el balón en aquel pequeño terreno, pero grande para nuestras aspiraciones, que con el tiempo fuimos dejando para pasar a otros ya reglamentarios en sus medidas: Patio del Cuartel de Infantería y patio del Cine Parque de Recreo.
… Como anécdotas de aquel principio recuerdo:
Como no disponíamos de cestos, hoy aros con sus correspondientes redes, nosotros utilizamos las cestas de empaquetados de tomates para su embarque, pero como no podíamos sacarles el fondo los colgamos así, y cada vez que se encestaba, valiéndonos de un cajón de madera grande, nos subíamos para sacarle el balón de dentro.
Los tableros eran de las tapas de los cajones que venían en esa época con tejidos. El primer balón era de badana, por lo que a la primera presión fuerte con las manos se nos rompía".
Muy pronto comenzaron a crearse los primeros equipos, tal y como recuerda Roberto Rodríguez Estrello, quedando grabados en la memoria los nombres de algunos de aquellos: el Zeus, el Rayo y el Palma. Sin embargo, el comienzo de la guerra civil hizo que cayeran en el olvido hasta la década de los 40, cuando se vuelve a tener noticias de uno de ellos, el Palma, ahora enfrentándose a rivales como el Tenisca o el Mensajero, equipos que ya habían echado a andar dos décadas atrás, si bien dentro del fútbol.
En 1956 se funda el Club Baloncesto La Palma, integrado por un grupo de amigos dirigidos por Pancho y que aquel mismo año comenzó a participar ya en competiciones federadas. Su mayor logro llegaría veinte años más tarde, en concreto en la temporada 75-76, cuando se proclama campeón del grupo canario de 3ª División Nacional, asistiendo posteriormente a la Fase Nacional de Ascenso a 2ª División celebrada en Valladolid. El papel del equipo palmero fue brillante, hasta el punto de quedarse a una victoria del ascenso. Sin embargo, este logro no tuvo la ansiada continuidad, y en 1977 el equipo se desarma y abandona la práctica baloncestística.
Nace la Asociación Amigos del Baloncesto:
Por suerte, el baloncesto en La Palma no tardaría en renacer de sus cenizas. En el verano de 1978 se funda la Asociación Amigos del Baloncesto “U.B. LA PALMA”, siendo su primer presidente D. Andrés Pérez Ortega. Este equipo se convertiría en uno de los clásicos en las islas, participando durante muchos años y de forma casi ininterrumpida - por problemas económicos hubo de jugar tres temporadas únicamente en las ligas insulares - en la 2ª División Autonómica.
Esta constancia obtuvo sus frutos en la campaña 96-97 cuando, tras proclamarse brillante campeón de la Liga Autonómica, obtuvo el derecho a participar en la fase de ascenso a la Liga EBA. Aprovechando que la misma se celebró en Santa Cruz de La Palma, y llevado en volandas por una afición que creía ciegamente que esta vez si era posible, el UB La Palma entró en la historia del deporte palmero al quedar segundo y ganarse una plaza de ascenso. Aquel equipo, presidido por D. José Francisco Ramos Martín, entrenado por Roberto Rodríguez Estrello y liderado por ilustres veteranos como Manolo de Las Casas y Oscar Peña, junto al buen hacer de Fernando Peña, los puntos de Fernando Angulo y la acertada dirección de Fran Gornés, pusieron al baloncesto palmero entre la élite nacional, lugar que por historia no le era, ni mucho menos, desmerecido.
Ya estamos en la Liga EBA:
En su primera temporada en la Liga EBA (97-98) el UB La Palma quedó encuadrado en la Conferencia Sur. Fue una temporada en la que pasaron por el equipo numerosos jugadores, algunos de los cuales apenas tuvieron continuidad, al contrario que otros como Pipi Cabrera y Sebas Arrocha, dos de los mejores jugadores palmeros que estaban actuando fuera de la isla y que ahora regresaban para unirse al nuevo proyecto de equipo EBA. Ambos, junto al apañado americano Carl Parker y la experiencia de Fernando Angulo y Oscar Peña, se convirtieron en la base de aquel primer equipo de UB La Palma en categoría nacional y que, de la mano de Alejandro Luque y ya presidido por D. Carlos A. Toledo Trujillo, salvó la categoría con menos problemas de los esperados, ocupando finalmente la 8ª posición con un balance de 12 victorias y 14 derrotas y tras superar en un play-off al Polideportivo Palos de Huelva (2:0).
Este logro, a todas luces brillante para un equipo novato en la categoría, no hacía presagiar un cambio tan radical de cara a la campaña 98-99. La Palma acabó la temporada regular en 2ª posición de la Conferencia Sur tras acumular 22 triunfos y 8 derrotas, siendo superado por el Unicaja Macías gracias al basket average. En el play-off de clasificación no tuvo problemas para deshacerse del Balneario Archena de Moncho Monsalve por un rotundo 3:0, obteniendo su pase a la Final a Ocho que debía disputarse en Gandía. Y allí el UB La Palma, dirigido por Txus Vidorreta, obró el milagro. Apabulló en Cuartos al Enkartaciones Zalla (76:57), sufrió en Semifinales ante el C.B. Aracena (74:70) y no falló en su gran día, aquel 30 de mayo de 1999 cuando tras vencer en la Final al C.B. Calpe por 71:62 se proclamaba brillante campeón de la Liga EBA. Aquel quinteto mágico integrado por J.J. Jiménez, Sebas Arrocha, Javi Blázquez, Pipi Cabrera y Steve Goodrich – había llegado para sustituir a Ryan Chilton – fueron los grandes artífices del mayor éxito obtenido por el deporte insular en toda su historia. Sin embargo, sería injusto olvidarnos del resto de la plantilla, de los Pedro Abreu, Fran Castro, Luis Ojalvo, Marcos Hernández o Pavel Castro, que también aportaron su granito al logro conseguido.
Más de 600 aficionados se dieron cita al día siguiente en el aeropuerto de Mazo para recibir a sus héroes, quienes posteriormente se trasladaron al Cabildo Insular y al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, terminando los festejos en la popular Plaza de La Alameda.
La Temporada 99-00 no hizo sino confirmar que el UB La Palma ya era uno de los equipos más fuertes de la categoría a pesar de las bajas de jugadores tan carismáticos como Sebas Arrocha y J.J. Jiménez. Durante la temporada regular los de Txus Vidorreta estuvieron invictos hasta la jornada 16, cuando cayeron en La Laguna en un final emocionante y no exento de polémica. El UB La Palma acabó liderando la Conferencia Centro con un balance de 22-4, superando claramente a Rayet Guadalajara y C.B. Canarias.
En la Fase Final de la EBA celebrada en Guadalajara se alcanzó nuevamente la final, tras superar al C.B. Linense (64:54) y al Hispanocobyr-Helios de Zaragoza (79:70), sin embargo esta vez el UB La Palma fue claramente superado por el Llobregat, que se impuso por 74:58. Aunque no se obtuvo ningún título, los sub-campeonatos de Liga y Copa EBA – en ambos casos se cayó ante el poderío del Llobregat Centre, dirigido por Joan María Gavaldá y liderado en la pista por Salva Camps – colmaban las aspiraciones de la directiva palmera, centrada en consolidar un proyecto deportivo de futuro. En la retina de los buenos aficionados han quedado los mates de Blázquez, la intensidad de Robinson, la extraña pero efectiva forma de tirar de Jonathan Ramírez, la dirección de Rubén Quintana y la solvencia del capitán Pipi Cabrera.
Estas dos brillantes campañas en la Liga EBA fueron reconocidas por la Asociación Tinerfeña de la Prensa Deportiva, cuyos miembros concedieron a la Unión Baloncesto La Palma el galardón de “Mejor Equipo” de la Provincia de Tenerife.
Somos equipo de LEB-2:
El justo premio al buen trabajo realizado llegó cuando la FEB invitó al UB La Palma a disputar la recién creada Liga LEB-2, en la que se integraban los mejores equipos de la Liga EBA. El UB La Palma realizó una gran temporada regular, liderando la competición durante muchas jornadas, pero finalmente sólo pudo ser 3º de la liga regular (balance de 20-10), superado por Tarragona y Complutense. Tras eliminar sin excesivas complicaciones al Redcom-Airtel Porriño (3:0), los palmeros se iban a jugar sus posibilidades de ascenso ante el Complutense. Los madrileños se adelantaron 2:0, gracias a la aportación de la tripleta Nacho Yáñez-Pedro Rivero-Javi Simón.
Pero los palmeros no se iban a rendir tan fácilmente y en dos memorables partidos en Miraflores (93:69 y 98:85) pusieron la eliminatoria 2:2. A pesar de la baja por lesión de Rashon Turner, elegido MVP de la categoría, la llegada de Lucho Fernández compensó sobradamente su ausencia. Y en el quinto y definitivo partido, disputado un domingo 13 de mayo, la afición del UB vivió uno de los momentos más duros, cuando con el marcador 90:88 Sebas Arrocha atravesó toda la pista y al no poder tirar a canasta sacó el balón hacia Mark Poag, quien lanzó el triple del ascenso a falta de sólo 5 segundos; sin embargo, el balón se salió de dentro, y aún así Iñaki Zubizarreta pudo tocar el balón nuevamente hacia Poag, quien sobre la bocina y en posición forzada erró nuevamente en el triple. Aquel gran equipo formado por gente como Sebas Arrocha, Pipi Cabrera, Rubén Quintana, Mark Poag, Rashon Turner, Lucho Fernández, Javi Blázquez o J.J. Jiménez se había quedado a milímetros de la gloria…
Muchas cosas cambiarían de cara a la Temporada 01-02, empezando por la marcha del técnico Txus Vidorreta, quien abandonaba el club después de tres brillantes campañas al frente del UB. En su lugar llegaba el cordobés Rafa Sanz, un técnico joven y con experiencia en LEB (Cajasur). El objetivo era, ahora si, claramente el ascenso, y la directiva palmera hiló fino para construir un equipo competitivo en torno al trío formado por J.J. Jiménez, Pipi Cabrera y Sebas Arrocha, a los que se unieron jugadores de la calidad de Nacho Castellanos – considerado el mejor ala-pívot de la LEB en la campaña anterior - , el alero cubano Angel Caballero y el espectacular Alex Franco.
Sin embargo, los resultados iniciales no fueron los esperados y la situación se tornó incómoda. Caballero fue cortado mediada la competición y llegaron dos americanos, Cedric Moore y André Branch, ambos con experiencia en España. Y tras la brillante victoria (87:78) ante el líder Basket Bilbao el equipo inició una racha de triunfos que le hizo acreedor al título de conjunto más regular de la segunda vuelta, terminando la temporada regular en cuarto lugar con un balance de 18 victorias y 12 derrotas.
De cara a los play offs, y debido más a su actitud que a su rendimiento en la cancha, tanto Moore como Branch fueron despedidos y en su lugar llegaron Brett Robisch, un rocoso pívot de raza blanca procedente de la liga austriaca, y Lawrence Motten, un alero con experiencia en la NBA. Todo parecía de cara para los palmeros, máxime cuando en el primer partido de la serie de Cuartos se derrotó al Calpe por 78:71. Sin embargo, los alicantinos se sobrepusieron y lograron igualar la serie.
Ahí comenzaron los problemas, pues a los pocos días Motten decidió abandonar la isla dejando al UB privado de un jugador básico que no podía ser sustituido. Pero La Palma logró sobreponerse a la adversidad y se deshizo del Calpe por 3:2 en un vibrante quinto partido y con un Pabellón de Miraflores lleno hasta la bandera. Y la historia quiso que el ascenso se hubiera de disputar ante el Basket Bilbao de los viejos conocidos Txus Vidorreta, Mark Poag, Lucho Fernández y Rubén Quintana. A pesar de que La Palma mantuvo sus opciones en todo momento, la lógica se impuso y el equipo vasco hizo valer su mayor potencial y una pizca de fortuna para dejar, un año más, a los palmeros con la miel en los labios.
Para la campaña 2002-03 las previsiones vuelven a ser optimistas, pues a pesar de las dificultades se ha conseguido formar un equipo competitivo y capaz de luchar hasta el final por lograr el anhelado ascenso. Sólo han permanecido de la temporada pasada el técnico Rafa Sanz y el ala-pívot Nacho Castellanos, habiendo llegado jugadores de la calidad de Javier Simón, Rubén Ibeas, Juanmi Navalón o Dwight Stewart (campeón de la NCAA – Liga universitaria – con la Universidad de Arkansas), además de otros capaces de aportar cosas importantes en momentos determinados: Mariano Franco (procedente de la 1ª División portuguesa), Juan Carlos Martínez, David Suka, Fede García, Rafa Guerra (jugador con alguna experiencia en ACB) y Roy Kruiswijk. El UB queda 3º en la Liga regular con un balance de 21-9 y le toca medirse en play-offs con el CBC Algeciras, uno de los “gallitos” de la categoría a pesar de su engañosa 6ª plaza en la primera fase de la competición. De la mano de Aaron Swinson y Tony Smith, el equipo de Porfirio Fisac se hace con la eliminatoria por un claro 0-3, si bien los palmeros plantaron dura resistencia tanto en el segundo como en el tercer partido.
Inesperadamente llegamos a la LEB...
El UB La Palma parecía condenado a jugar un año más en la LEB-2. Sin embargo, nada más acabar el play-off ante el Algeciras los gestores del equipo (encabezados por el presidente y su gerente) se ponen a trabajar en la posibilidad de adquirir una plaza en la Liga LEB, ya que hay equipos que pasan por apuros económicos y existe la posibilidad de que decidan abandonar la categoría. Y dicho y hecho. Con el apoyo de las instituciones insulares y regionales, el UB La Palma se hace con los derechos de la Universidad Complutense, con lo que se convierte en nuevo equipo de la Liga LEB. Para ese proyecto se sigue contando con la dirección técnica de Rafa Sanz.
Garantizada la continuidad de Javi Simón y Rubén Ibeas, el proyecto se asienta en una mezcla de experiencia (Paco García, Steven Edwards y Horacio Llamas) y juventud (Txemi Urtasun, Juanjo Triguero, Jose Balmón, Alex Luyk o Yohann Sangaré). La apuesta sale bien y el UB se convierte, junto al Plasencia, en la gran sorpresa de la categoría, tanto que acaba clasificándose para jugar en Zaragoza la Copa del Príncipe (derrota en semis ante el CB Plasencia por 106-86).
Las circunstancias obligan a efectuar cambios en el equipo: se marchan Horacio Llamas (bajo rendimiento), Alex Luyk (lesión de rodilla), Yohann Sangaré (razones disciplinares) y llegan Stephen Payne (posteriormente “cortado” por indisciplina), Ariel Eslava, Ludwing Irazábal, Alex Gómez y Marcus Hatten. El equipo logra rehacerse de una marcha titubeante y acaba la Liga Regular en 7º lugar con balance de 18-16, entrando en los play-off de ascenso a la ACB. Para esa histórica cita su rival será el poderoso CB Granada, quien gana los dos primeros partidos de la eliminatoria (89-74 y 75-72) y parece dejar todo decidido. Sin embargo, en la isla el UB se crece con la ayuda increíble de su afición; gana el primer partido (70-67) y sólo es eliminado tras dos prórrogas en un agónico encuentro (84-94) en el que los locales tuvieron por dos veces la opción de ganar en la última posesión...
La campaña 2004-05 debía ser la de la confirmación. Al frente del equipo continuaba Rafa Sanz, mientras que Rubén Ibeas y Steven Edwards eran los únicos renovados de la plantilla que tan buen papel hiciera la temporada anterior. Por tanto, muchos jugadores eran nuevos, lo cual, de nuevo, implicaba sus riesgos. De entrada, la configuración de la plantilla parecía acertada: llegaban jugadores experimentados (Óscar González, Javi Mesa, John Floyd o Alex Burgos), jóvenes que ya conocían la LEB (José Antonio Rojas o Diego Ferrero), y dos jóvenes apuestas (Jure Lozancic y Rudy Mbemba). Sin embargo, desde el primer momento el equipo no cuajó y llegaron los primeros cambios. Lozancic fue “cortado” para dar cabida a Gerrit Brigitha. Más tarde fue Rojas el que decidió dejar el equipo por razones personales, propiciando la llegada del pívot Jerry Holman... Pero a pesar de los cambios nada cambiaba en la pista. El equipo era colista y en algunos partidos la imagen no fue la mejor. Era necesario un cambio radical sobre el planteamiento inicial.
Tras acabar la primera vuelta y aprovechando el parón navideño, el UB se hace con los servicios del base Michael Hawkins, del alero Francis Sánchez y del pívot Juanjo Triguero, que regresaba a la isla para cubrir las bajas de Javi Mesa y Jerry Holman en el juego interior. Además, Rudy Mbemba decidió “largarse” a Suecia... Y las cosas cambiaron radicalmente. La Palma comenzó a ganar partidos y poco a poco quedaron atrás los puestos peligrosos. Parecía que incluso iba ser posible eludir el temido play-out de descenso, pero una increíble carambola en la penúltima jornada condenó al equipo a pelear por la supervivencia ante el COB Ourense. Por fortuna, el UB demostró en la cancha su teórica superioridad y acabó solventando la papeleta por un claro 3-1 que garantizaba la continuidad en la categoría de plata del basket español...
Asentados en la LEB...
El verano del 2005 fue particularmente duro para los responsables de planificar el equipo del UB La Palma que tomaría parte en la temporada 2005-06. Y es que la Liga LEB ha ido creciendo año tras año, encareciendo los costos que deben afrontar los clubes que toman parte en dicha categoría, circunstancia que va en perjuicio de aquellos que, como el UB, disponen de un modesto presupuesto.
El primer paso se dio con la renovación de Rafa Sanz, técnico que afrontaría así su quinta temporada en la entidad y que, una vez más, debería solventar el reto de reconstruir una plantilla partiendo casi de cero. Con respecto al ejercicio anterior permanecieron Steven Edwards y John Floyd, dos de los jugadores que mejor rendimiento habían ofrecido. Para la dirección del juego se optó por la sobriedad de Edu Sánchez y la juventud de Javi Alvarado. Para el perímetro se volvió a recurrir a un Francis Sánchez que durante la Liga de Verano de Inca había demostrado que su recuperación tras una grave lesión de rodilla era un hecho. Junto a Edwards, la rotación se completaba con Jon Kortaberría, un jugador con talento y margen para crecer en la liga, y Sebas Arrocha, el “hijo pródigo” que retornaba a casa para alegría de los seguidores palmeros.
En cuanto al juego interior, además de Floyd, el peso del mismo se dejó en manos de Duane Virgil, un jugador que conocía España y la LEB, y que parecía de total solvencia. Las otras dos plazas quedaban para Chima Igwe y Roy Kruiswijk, que ya habían coincidido la temporada anterior en las filas del Cantabria Lobos. Su misión debía ser aportar defensa, rebote y dureza en la pintura.
El arranque de la temporada fue ilusionante. El equipo siempre mostraba una gran actitud para competir, tanto cuanto ganaba como cuando salía derrotado. Sin embargo, y luego de vencer al poderoso Lleida en la 10ª jornada, el equipo entró primero en un bache de resultados que se agravó luego con la lesión de Edwards, jugador franquicia del equipo. El resultado fue que en las últimas 7 jornadas el UB La Palma encajó otras tantas derrotas que dieron con sus huesos en los puestos de descenso (17º con un pobre balance de 5-12).
De nuevo tocaba buscar soluciones durante el parón navideño. De esta manera llegó a la isla Alfons Albert, el pívot grande que el equipo necesitaba tras demostrarse que la pareja Floyd-Virgil no podía jugar junta. Poco a poco llegaban las victorias, aunque eso sí, de forma muy sufrida (Bruesa y Cantabria). Sin embargo, el punto de inflexión llegó tras una derrota, en este caso ante Melilla (65-70) y en Miraflores. Ese partido era clave, o eso se pensaba, ya que era ante un rival directo. Por suerte, la derrota dejó tocados a los aficionados pero no a los jugadores y cuerpo técnico del UB. Y es que a partir de entonces La Palma se transformó por completo, convirtiéndose en un equipo casi imparable. Y es que de los últimos 10 partidos de la temporada regular se impuso nada menos que en 9, incluyendo los últimos 7 de forma consecutiva ( a eso se llama devolver la moneda...). Nada importó que Edwards tuviera que dejar el equipo debido a sus problemas físicos. En su ausencia fueron Francis y Sebas los que tiraron del carro en ataque junto a un Virgil prodigioso en la pintura. Además, desde Kentucky nos llegó Antwain Barbour, un espectacular alero que se integró rápidamente en la dinámica del equipo.
El UB La Palma acabó la temporada en 10º lugar con balance de 16-18. Para el recuerdo quedarán los triunfos ante Plasencia (85-76), Tenerife (89-68) y CAI Zaragoza (93-84), todos ellos obtenidos en Miraflores ante un público volcado como nunca con sus colores...
La Temporada 2006-07 estuvo precedida por muchos cambios. El más significativo fue el relevo que se produjo en el banquillo, ya que luego de cinco temporadas Rafa Sanz dejaba el banquillo del UB para aceptar la oferta del Tenerife Rural, siendo sustituido por el asturiano Eloy Doce.
Como viene siendo habitual, la plantilla tuvo que ser reconstruida en buena medida con respecto a la de la temporada anterior. Sólo tres jugadores (Steven Edwards, Sebas Arrocha y Alfons Albert) continuaron en la entidad blanquiazul, dándose la curiosa circunstancia de que un buen número de ellos acabaron en el Tenerife Rural de Rafa Sanz: Edu Sánchez, Francis Sánchez, Duane Virgil, Antwain Barbour, Jon Kortaberría... A La Palma, por el contrario, llegaron Raúl Mena y el espectacular Kenny Taylor para llevar las riendas del equipo en el puesto de base.
El perímetro fue completado con Juan Carlos Liñán, jugador de sobrada experiencia en la categoría, y el internacional lituano Kestas Sestokas, quien durante la temporada apenas tuvo oportunidad de demostrar su calidad. Finalmente, para el juego interior llegaron el desconocido Kiril Wachsmann, que luego dio un rendimiento sensacional, el veterano y polivalente Quique Bárcenas, y el poderoso e intenso Francis Koffi. Con estos mimbres Eloy Doce debía tejer un equipo capaz de devolver la ilusión al aficionado, al tiempo que debía cumplir con el objetivo de salvar la categoría...
Tras un arranque dubitativo (3 derrotas consecutivas) el UB La Palma fue encontrando su línea de juego y los resultados fueron llegando. Los de Eloy Doce se convirtieron en un equipo combativo y complicado para cualquier rival, especialmente en su pista de Miraflores. El conjunto blanquiazul terminaba la primera vuelta con una victoria en Tarragona que le permitía redondear un balance de 8-9 que invitaba al optimismo, y más cuando en el arranque de la segunda vuelta se ganaba en Hospitalet y en casa al Gijón... Parecía que la salvación ya era un mero trámite y que el UB podía apuntar a cotas mayores, máxime tras vapulear al líder Cantabria Lobos en su propia pista en la 22ª jornada. Para ese entonces ya había aterrizado en nuestra Isla toda una leyenda del baloncesto ACB: Mr. André Turner...
Sin embargo, tras aquel brillante partido, y coincidiendo con una gastroenteritis de Steven Edwards, el rendimiento del equipo se tornó irregular y llegaron varias derrotas que disiparon el sueño de alcanzar los play-offs. A partir de entonces hubo que cambiar el chip de nuevo para lograr las 15 victorias que certificaran la permanencia en la LEB, objetivo que se logró al vencer al Gandía en la 30ª jornada. A partir de ese momento el equipo ya bajó los brazos definitivamente, si bien pudo despedir la temporada con una holgada victoria ante el Tarragona en Miraflores. Finalmente, el UB La Palma ocupó la 11ª posición con un balance de 16-18...
La campaña 2007/08 pasará a la historia como la aquella en la que se acumularon todo tipo de ‘desgracias’: mala planificación deportiva, lesiones, cambio de entrenador, dimisión del presidente Carlos Toledo por problemas de salud y finalmente, el descenso a la LEB Plata.
Con respecto a la temporada precedente, la directiva palmera logró renovar al capitán Sebas Arrocha, al incombustible Steven Edwards, que afrontaba su quinta temporada en la Isla, y al pívot Francis Koffi. Para hacerse cargo del equipo se contrataron los servicios de Ñete Bohigas, un técnico de sobrada experiencia en la categoría y que llegaba con el reto de mejorar los números de su antecesor en el cargo, el asturiano Eloy Doce. De su mano llegaron a La Palma dos bases experimentados como Carles Canals y David Gil, que curiosamente habían coincidido meses atrás en Melilla, un jugador de su confianza como Charly Martínez para defender en la posición de alero, y el talentoso Héctor Manzano, un “4” al que las lesiones habían lastrado hasta la fecha. El equipo se completaba con Isma Torres, todo un ‘clásico’ de la LEB, Mario García, un pívot grande para intimidar en la pintura, y el norteamericano Reggie Moore, jugador espectacular que apuntaba grandes maneras.
Con estos mimbres se inició la temporada. Edwards, con problemas de espalda, fue reemplazado temporalmente por Anthony Johnson, un alero que ‘encandiló’ por sus condiciones físicas, aunque de rendimiento irregular, mientras que Manzano, que apenas había jugado en pretemporada, también se perdió varios partidos debido a un esguince de tobillo. El UB empezó mal la competición, tanto que no ganó su primer partido hasta la séptima jornada, acabando la primera vuelta como colista y con un pobre balance de 14-3.
La directiva del Club reaccionó cesando al técnico Ñete Bohigas y entregando las riendas del equipo al técnico local Domingo Rodríguez. Además, dejaron la plantilla jugadores como David Gil, Charly Martínez, Reggie Moore y Mario García, cuyo rendimiento distó mucho de ser el esperado. En su lugar llegaron Perico Sala, Marcos Suka, el recuperado Edwards y el gigante alemán Robert Maras. Poco a poco el UB La Palma comenzó a recuperar el terreno perdido y, victoria tras victoria -llegó a encadenar hasta seis de manera consecutiva- logró abandonar los puestos de descenso a falta de cuatro jornadas. Por desgracia, el calendario final era complicado, y las derrotas ante Lleida, Breogán y Tenerife hicieron estéril la proeza de vencer en la última jornada al poderoso Bruesa GBC en un abarrotado Miraflores. El público aplaudió puesto en pie durante tres minutos al equipo y se derramó más de una lágrima, pero el equipo se iba a la LEB Plata debido a los resultados de los demás implicados, especialmente el ‘apañado’ triunfo de Cantabria en Melilla...
Por FRAN HERRERA
Los inicios del baloncesto en La Palma:
Corría el año 1933 cuando se disputó por primera vez un partido de baloncesto en las Islas Canarias. Don Miguel Bethencourt, ya fallecido y a quien queremos homenajear desde aquí, recordaba tan histórico momento en un artículo publicado en mayo de 2001:
Un día, el 28 de octubre de 1933, como suscriptor de la revista ilustrada “Algo” recibí el número correspondiente y dentro de ella venían las normas a manera de reglamento de lo principal para la práctica del basket-ball, bello deporte escolar de aquella época. Ese día, y también al siguiente, me lo estudié a fondo con la idea de llevarlo a una pista y jugarlo y hacer competiciones.
El día 30, dos días después de recibir la revista, y después de breves explicaciones (que fueron cada vez más profundas) para el conocimiento de todos aquellos amigos que nos reuníamos para hacer deporte en general, botó el balón en aquel pequeño terreno, pero grande para nuestras aspiraciones, que con el tiempo fuimos dejando para pasar a otros ya reglamentarios en sus medidas: Patio del Cuartel de Infantería y patio del Cine Parque de Recreo.
… Como anécdotas de aquel principio recuerdo:
Como no disponíamos de cestos, hoy aros con sus correspondientes redes, nosotros utilizamos las cestas de empaquetados de tomates para su embarque, pero como no podíamos sacarles el fondo los colgamos así, y cada vez que se encestaba, valiéndonos de un cajón de madera grande, nos subíamos para sacarle el balón de dentro.
Los tableros eran de las tapas de los cajones que venían en esa época con tejidos. El primer balón era de badana, por lo que a la primera presión fuerte con las manos se nos rompía".
Muy pronto comenzaron a crearse los primeros equipos, tal y como recuerda Roberto Rodríguez Estrello, quedando grabados en la memoria los nombres de algunos de aquellos: el Zeus, el Rayo y el Palma. Sin embargo, el comienzo de la guerra civil hizo que cayeran en el olvido hasta la década de los 40, cuando se vuelve a tener noticias de uno de ellos, el Palma, ahora enfrentándose a rivales como el Tenisca o el Mensajero, equipos que ya habían echado a andar dos décadas atrás, si bien dentro del fútbol.
En 1956 se funda el Club Baloncesto La Palma, integrado por un grupo de amigos dirigidos por Pancho y que aquel mismo año comenzó a participar ya en competiciones federadas. Su mayor logro llegaría veinte años más tarde, en concreto en la temporada 75-76, cuando se proclama campeón del grupo canario de 3ª División Nacional, asistiendo posteriormente a la Fase Nacional de Ascenso a 2ª División celebrada en Valladolid. El papel del equipo palmero fue brillante, hasta el punto de quedarse a una victoria del ascenso. Sin embargo, este logro no tuvo la ansiada continuidad, y en 1977 el equipo se desarma y abandona la práctica baloncestística.
Nace la Asociación Amigos del Baloncesto:
Por suerte, el baloncesto en La Palma no tardaría en renacer de sus cenizas. En el verano de 1978 se funda la Asociación Amigos del Baloncesto “U.B. LA PALMA”, siendo su primer presidente D. Andrés Pérez Ortega. Este equipo se convertiría en uno de los clásicos en las islas, participando durante muchos años y de forma casi ininterrumpida - por problemas económicos hubo de jugar tres temporadas únicamente en las ligas insulares - en la 2ª División Autonómica.
Esta constancia obtuvo sus frutos en la campaña 96-97 cuando, tras proclamarse brillante campeón de la Liga Autonómica, obtuvo el derecho a participar en la fase de ascenso a la Liga EBA. Aprovechando que la misma se celebró en Santa Cruz de La Palma, y llevado en volandas por una afición que creía ciegamente que esta vez si era posible, el UB La Palma entró en la historia del deporte palmero al quedar segundo y ganarse una plaza de ascenso. Aquel equipo, presidido por D. José Francisco Ramos Martín, entrenado por Roberto Rodríguez Estrello y liderado por ilustres veteranos como Manolo de Las Casas y Oscar Peña, junto al buen hacer de Fernando Peña, los puntos de Fernando Angulo y la acertada dirección de Fran Gornés, pusieron al baloncesto palmero entre la élite nacional, lugar que por historia no le era, ni mucho menos, desmerecido.
Ya estamos en la Liga EBA:
En su primera temporada en la Liga EBA (97-98) el UB La Palma quedó encuadrado en la Conferencia Sur. Fue una temporada en la que pasaron por el equipo numerosos jugadores, algunos de los cuales apenas tuvieron continuidad, al contrario que otros como Pipi Cabrera y Sebas Arrocha, dos de los mejores jugadores palmeros que estaban actuando fuera de la isla y que ahora regresaban para unirse al nuevo proyecto de equipo EBA. Ambos, junto al apañado americano Carl Parker y la experiencia de Fernando Angulo y Oscar Peña, se convirtieron en la base de aquel primer equipo de UB La Palma en categoría nacional y que, de la mano de Alejandro Luque y ya presidido por D. Carlos A. Toledo Trujillo, salvó la categoría con menos problemas de los esperados, ocupando finalmente la 8ª posición con un balance de 12 victorias y 14 derrotas y tras superar en un play-off al Polideportivo Palos de Huelva (2:0).
Este logro, a todas luces brillante para un equipo novato en la categoría, no hacía presagiar un cambio tan radical de cara a la campaña 98-99. La Palma acabó la temporada regular en 2ª posición de la Conferencia Sur tras acumular 22 triunfos y 8 derrotas, siendo superado por el Unicaja Macías gracias al basket average. En el play-off de clasificación no tuvo problemas para deshacerse del Balneario Archena de Moncho Monsalve por un rotundo 3:0, obteniendo su pase a la Final a Ocho que debía disputarse en Gandía. Y allí el UB La Palma, dirigido por Txus Vidorreta, obró el milagro. Apabulló en Cuartos al Enkartaciones Zalla (76:57), sufrió en Semifinales ante el C.B. Aracena (74:70) y no falló en su gran día, aquel 30 de mayo de 1999 cuando tras vencer en la Final al C.B. Calpe por 71:62 se proclamaba brillante campeón de la Liga EBA. Aquel quinteto mágico integrado por J.J. Jiménez, Sebas Arrocha, Javi Blázquez, Pipi Cabrera y Steve Goodrich – había llegado para sustituir a Ryan Chilton – fueron los grandes artífices del mayor éxito obtenido por el deporte insular en toda su historia. Sin embargo, sería injusto olvidarnos del resto de la plantilla, de los Pedro Abreu, Fran Castro, Luis Ojalvo, Marcos Hernández o Pavel Castro, que también aportaron su granito al logro conseguido.
Más de 600 aficionados se dieron cita al día siguiente en el aeropuerto de Mazo para recibir a sus héroes, quienes posteriormente se trasladaron al Cabildo Insular y al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, terminando los festejos en la popular Plaza de La Alameda.
La Temporada 99-00 no hizo sino confirmar que el UB La Palma ya era uno de los equipos más fuertes de la categoría a pesar de las bajas de jugadores tan carismáticos como Sebas Arrocha y J.J. Jiménez. Durante la temporada regular los de Txus Vidorreta estuvieron invictos hasta la jornada 16, cuando cayeron en La Laguna en un final emocionante y no exento de polémica. El UB La Palma acabó liderando la Conferencia Centro con un balance de 22-4, superando claramente a Rayet Guadalajara y C.B. Canarias.
En la Fase Final de la EBA celebrada en Guadalajara se alcanzó nuevamente la final, tras superar al C.B. Linense (64:54) y al Hispanocobyr-Helios de Zaragoza (79:70), sin embargo esta vez el UB La Palma fue claramente superado por el Llobregat, que se impuso por 74:58. Aunque no se obtuvo ningún título, los sub-campeonatos de Liga y Copa EBA – en ambos casos se cayó ante el poderío del Llobregat Centre, dirigido por Joan María Gavaldá y liderado en la pista por Salva Camps – colmaban las aspiraciones de la directiva palmera, centrada en consolidar un proyecto deportivo de futuro. En la retina de los buenos aficionados han quedado los mates de Blázquez, la intensidad de Robinson, la extraña pero efectiva forma de tirar de Jonathan Ramírez, la dirección de Rubén Quintana y la solvencia del capitán Pipi Cabrera.
Estas dos brillantes campañas en la Liga EBA fueron reconocidas por la Asociación Tinerfeña de la Prensa Deportiva, cuyos miembros concedieron a la Unión Baloncesto La Palma el galardón de “Mejor Equipo” de la Provincia de Tenerife.
Somos equipo de LEB-2:
El justo premio al buen trabajo realizado llegó cuando la FEB invitó al UB La Palma a disputar la recién creada Liga LEB-2, en la que se integraban los mejores equipos de la Liga EBA. El UB La Palma realizó una gran temporada regular, liderando la competición durante muchas jornadas, pero finalmente sólo pudo ser 3º de la liga regular (balance de 20-10), superado por Tarragona y Complutense. Tras eliminar sin excesivas complicaciones al Redcom-Airtel Porriño (3:0), los palmeros se iban a jugar sus posibilidades de ascenso ante el Complutense. Los madrileños se adelantaron 2:0, gracias a la aportación de la tripleta Nacho Yáñez-Pedro Rivero-Javi Simón.
Pero los palmeros no se iban a rendir tan fácilmente y en dos memorables partidos en Miraflores (93:69 y 98:85) pusieron la eliminatoria 2:2. A pesar de la baja por lesión de Rashon Turner, elegido MVP de la categoría, la llegada de Lucho Fernández compensó sobradamente su ausencia. Y en el quinto y definitivo partido, disputado un domingo 13 de mayo, la afición del UB vivió uno de los momentos más duros, cuando con el marcador 90:88 Sebas Arrocha atravesó toda la pista y al no poder tirar a canasta sacó el balón hacia Mark Poag, quien lanzó el triple del ascenso a falta de sólo 5 segundos; sin embargo, el balón se salió de dentro, y aún así Iñaki Zubizarreta pudo tocar el balón nuevamente hacia Poag, quien sobre la bocina y en posición forzada erró nuevamente en el triple. Aquel gran equipo formado por gente como Sebas Arrocha, Pipi Cabrera, Rubén Quintana, Mark Poag, Rashon Turner, Lucho Fernández, Javi Blázquez o J.J. Jiménez se había quedado a milímetros de la gloria…
Muchas cosas cambiarían de cara a la Temporada 01-02, empezando por la marcha del técnico Txus Vidorreta, quien abandonaba el club después de tres brillantes campañas al frente del UB. En su lugar llegaba el cordobés Rafa Sanz, un técnico joven y con experiencia en LEB (Cajasur). El objetivo era, ahora si, claramente el ascenso, y la directiva palmera hiló fino para construir un equipo competitivo en torno al trío formado por J.J. Jiménez, Pipi Cabrera y Sebas Arrocha, a los que se unieron jugadores de la calidad de Nacho Castellanos – considerado el mejor ala-pívot de la LEB en la campaña anterior - , el alero cubano Angel Caballero y el espectacular Alex Franco.
Sin embargo, los resultados iniciales no fueron los esperados y la situación se tornó incómoda. Caballero fue cortado mediada la competición y llegaron dos americanos, Cedric Moore y André Branch, ambos con experiencia en España. Y tras la brillante victoria (87:78) ante el líder Basket Bilbao el equipo inició una racha de triunfos que le hizo acreedor al título de conjunto más regular de la segunda vuelta, terminando la temporada regular en cuarto lugar con un balance de 18 victorias y 12 derrotas.
De cara a los play offs, y debido más a su actitud que a su rendimiento en la cancha, tanto Moore como Branch fueron despedidos y en su lugar llegaron Brett Robisch, un rocoso pívot de raza blanca procedente de la liga austriaca, y Lawrence Motten, un alero con experiencia en la NBA. Todo parecía de cara para los palmeros, máxime cuando en el primer partido de la serie de Cuartos se derrotó al Calpe por 78:71. Sin embargo, los alicantinos se sobrepusieron y lograron igualar la serie.
Ahí comenzaron los problemas, pues a los pocos días Motten decidió abandonar la isla dejando al UB privado de un jugador básico que no podía ser sustituido. Pero La Palma logró sobreponerse a la adversidad y se deshizo del Calpe por 3:2 en un vibrante quinto partido y con un Pabellón de Miraflores lleno hasta la bandera. Y la historia quiso que el ascenso se hubiera de disputar ante el Basket Bilbao de los viejos conocidos Txus Vidorreta, Mark Poag, Lucho Fernández y Rubén Quintana. A pesar de que La Palma mantuvo sus opciones en todo momento, la lógica se impuso y el equipo vasco hizo valer su mayor potencial y una pizca de fortuna para dejar, un año más, a los palmeros con la miel en los labios.
Para la campaña 2002-03 las previsiones vuelven a ser optimistas, pues a pesar de las dificultades se ha conseguido formar un equipo competitivo y capaz de luchar hasta el final por lograr el anhelado ascenso. Sólo han permanecido de la temporada pasada el técnico Rafa Sanz y el ala-pívot Nacho Castellanos, habiendo llegado jugadores de la calidad de Javier Simón, Rubén Ibeas, Juanmi Navalón o Dwight Stewart (campeón de la NCAA – Liga universitaria – con la Universidad de Arkansas), además de otros capaces de aportar cosas importantes en momentos determinados: Mariano Franco (procedente de la 1ª División portuguesa), Juan Carlos Martínez, David Suka, Fede García, Rafa Guerra (jugador con alguna experiencia en ACB) y Roy Kruiswijk. El UB queda 3º en la Liga regular con un balance de 21-9 y le toca medirse en play-offs con el CBC Algeciras, uno de los “gallitos” de la categoría a pesar de su engañosa 6ª plaza en la primera fase de la competición. De la mano de Aaron Swinson y Tony Smith, el equipo de Porfirio Fisac se hace con la eliminatoria por un claro 0-3, si bien los palmeros plantaron dura resistencia tanto en el segundo como en el tercer partido.
Inesperadamente llegamos a la LEB...
El UB La Palma parecía condenado a jugar un año más en la LEB-2. Sin embargo, nada más acabar el play-off ante el Algeciras los gestores del equipo (encabezados por el presidente y su gerente) se ponen a trabajar en la posibilidad de adquirir una plaza en la Liga LEB, ya que hay equipos que pasan por apuros económicos y existe la posibilidad de que decidan abandonar la categoría. Y dicho y hecho. Con el apoyo de las instituciones insulares y regionales, el UB La Palma se hace con los derechos de la Universidad Complutense, con lo que se convierte en nuevo equipo de la Liga LEB. Para ese proyecto se sigue contando con la dirección técnica de Rafa Sanz.
Garantizada la continuidad de Javi Simón y Rubén Ibeas, el proyecto se asienta en una mezcla de experiencia (Paco García, Steven Edwards y Horacio Llamas) y juventud (Txemi Urtasun, Juanjo Triguero, Jose Balmón, Alex Luyk o Yohann Sangaré). La apuesta sale bien y el UB se convierte, junto al Plasencia, en la gran sorpresa de la categoría, tanto que acaba clasificándose para jugar en Zaragoza la Copa del Príncipe (derrota en semis ante el CB Plasencia por 106-86).
Las circunstancias obligan a efectuar cambios en el equipo: se marchan Horacio Llamas (bajo rendimiento), Alex Luyk (lesión de rodilla), Yohann Sangaré (razones disciplinares) y llegan Stephen Payne (posteriormente “cortado” por indisciplina), Ariel Eslava, Ludwing Irazábal, Alex Gómez y Marcus Hatten. El equipo logra rehacerse de una marcha titubeante y acaba la Liga Regular en 7º lugar con balance de 18-16, entrando en los play-off de ascenso a la ACB. Para esa histórica cita su rival será el poderoso CB Granada, quien gana los dos primeros partidos de la eliminatoria (89-74 y 75-72) y parece dejar todo decidido. Sin embargo, en la isla el UB se crece con la ayuda increíble de su afición; gana el primer partido (70-67) y sólo es eliminado tras dos prórrogas en un agónico encuentro (84-94) en el que los locales tuvieron por dos veces la opción de ganar en la última posesión...
La campaña 2004-05 debía ser la de la confirmación. Al frente del equipo continuaba Rafa Sanz, mientras que Rubén Ibeas y Steven Edwards eran los únicos renovados de la plantilla que tan buen papel hiciera la temporada anterior. Por tanto, muchos jugadores eran nuevos, lo cual, de nuevo, implicaba sus riesgos. De entrada, la configuración de la plantilla parecía acertada: llegaban jugadores experimentados (Óscar González, Javi Mesa, John Floyd o Alex Burgos), jóvenes que ya conocían la LEB (José Antonio Rojas o Diego Ferrero), y dos jóvenes apuestas (Jure Lozancic y Rudy Mbemba). Sin embargo, desde el primer momento el equipo no cuajó y llegaron los primeros cambios. Lozancic fue “cortado” para dar cabida a Gerrit Brigitha. Más tarde fue Rojas el que decidió dejar el equipo por razones personales, propiciando la llegada del pívot Jerry Holman... Pero a pesar de los cambios nada cambiaba en la pista. El equipo era colista y en algunos partidos la imagen no fue la mejor. Era necesario un cambio radical sobre el planteamiento inicial.
Tras acabar la primera vuelta y aprovechando el parón navideño, el UB se hace con los servicios del base Michael Hawkins, del alero Francis Sánchez y del pívot Juanjo Triguero, que regresaba a la isla para cubrir las bajas de Javi Mesa y Jerry Holman en el juego interior. Además, Rudy Mbemba decidió “largarse” a Suecia... Y las cosas cambiaron radicalmente. La Palma comenzó a ganar partidos y poco a poco quedaron atrás los puestos peligrosos. Parecía que incluso iba ser posible eludir el temido play-out de descenso, pero una increíble carambola en la penúltima jornada condenó al equipo a pelear por la supervivencia ante el COB Ourense. Por fortuna, el UB demostró en la cancha su teórica superioridad y acabó solventando la papeleta por un claro 3-1 que garantizaba la continuidad en la categoría de plata del basket español...
Asentados en la LEB...
El verano del 2005 fue particularmente duro para los responsables de planificar el equipo del UB La Palma que tomaría parte en la temporada 2005-06. Y es que la Liga LEB ha ido creciendo año tras año, encareciendo los costos que deben afrontar los clubes que toman parte en dicha categoría, circunstancia que va en perjuicio de aquellos que, como el UB, disponen de un modesto presupuesto.
El primer paso se dio con la renovación de Rafa Sanz, técnico que afrontaría así su quinta temporada en la entidad y que, una vez más, debería solventar el reto de reconstruir una plantilla partiendo casi de cero. Con respecto al ejercicio anterior permanecieron Steven Edwards y John Floyd, dos de los jugadores que mejor rendimiento habían ofrecido. Para la dirección del juego se optó por la sobriedad de Edu Sánchez y la juventud de Javi Alvarado. Para el perímetro se volvió a recurrir a un Francis Sánchez que durante la Liga de Verano de Inca había demostrado que su recuperación tras una grave lesión de rodilla era un hecho. Junto a Edwards, la rotación se completaba con Jon Kortaberría, un jugador con talento y margen para crecer en la liga, y Sebas Arrocha, el “hijo pródigo” que retornaba a casa para alegría de los seguidores palmeros.
En cuanto al juego interior, además de Floyd, el peso del mismo se dejó en manos de Duane Virgil, un jugador que conocía España y la LEB, y que parecía de total solvencia. Las otras dos plazas quedaban para Chima Igwe y Roy Kruiswijk, que ya habían coincidido la temporada anterior en las filas del Cantabria Lobos. Su misión debía ser aportar defensa, rebote y dureza en la pintura.
El arranque de la temporada fue ilusionante. El equipo siempre mostraba una gran actitud para competir, tanto cuanto ganaba como cuando salía derrotado. Sin embargo, y luego de vencer al poderoso Lleida en la 10ª jornada, el equipo entró primero en un bache de resultados que se agravó luego con la lesión de Edwards, jugador franquicia del equipo. El resultado fue que en las últimas 7 jornadas el UB La Palma encajó otras tantas derrotas que dieron con sus huesos en los puestos de descenso (17º con un pobre balance de 5-12).
De nuevo tocaba buscar soluciones durante el parón navideño. De esta manera llegó a la isla Alfons Albert, el pívot grande que el equipo necesitaba tras demostrarse que la pareja Floyd-Virgil no podía jugar junta. Poco a poco llegaban las victorias, aunque eso sí, de forma muy sufrida (Bruesa y Cantabria). Sin embargo, el punto de inflexión llegó tras una derrota, en este caso ante Melilla (65-70) y en Miraflores. Ese partido era clave, o eso se pensaba, ya que era ante un rival directo. Por suerte, la derrota dejó tocados a los aficionados pero no a los jugadores y cuerpo técnico del UB. Y es que a partir de entonces La Palma se transformó por completo, convirtiéndose en un equipo casi imparable. Y es que de los últimos 10 partidos de la temporada regular se impuso nada menos que en 9, incluyendo los últimos 7 de forma consecutiva ( a eso se llama devolver la moneda...). Nada importó que Edwards tuviera que dejar el equipo debido a sus problemas físicos. En su ausencia fueron Francis y Sebas los que tiraron del carro en ataque junto a un Virgil prodigioso en la pintura. Además, desde Kentucky nos llegó Antwain Barbour, un espectacular alero que se integró rápidamente en la dinámica del equipo.
El UB La Palma acabó la temporada en 10º lugar con balance de 16-18. Para el recuerdo quedarán los triunfos ante Plasencia (85-76), Tenerife (89-68) y CAI Zaragoza (93-84), todos ellos obtenidos en Miraflores ante un público volcado como nunca con sus colores...
La Temporada 2006-07 estuvo precedida por muchos cambios. El más significativo fue el relevo que se produjo en el banquillo, ya que luego de cinco temporadas Rafa Sanz dejaba el banquillo del UB para aceptar la oferta del Tenerife Rural, siendo sustituido por el asturiano Eloy Doce.
Como viene siendo habitual, la plantilla tuvo que ser reconstruida en buena medida con respecto a la de la temporada anterior. Sólo tres jugadores (Steven Edwards, Sebas Arrocha y Alfons Albert) continuaron en la entidad blanquiazul, dándose la curiosa circunstancia de que un buen número de ellos acabaron en el Tenerife Rural de Rafa Sanz: Edu Sánchez, Francis Sánchez, Duane Virgil, Antwain Barbour, Jon Kortaberría... A La Palma, por el contrario, llegaron Raúl Mena y el espectacular Kenny Taylor para llevar las riendas del equipo en el puesto de base.
El perímetro fue completado con Juan Carlos Liñán, jugador de sobrada experiencia en la categoría, y el internacional lituano Kestas Sestokas, quien durante la temporada apenas tuvo oportunidad de demostrar su calidad. Finalmente, para el juego interior llegaron el desconocido Kiril Wachsmann, que luego dio un rendimiento sensacional, el veterano y polivalente Quique Bárcenas, y el poderoso e intenso Francis Koffi. Con estos mimbres Eloy Doce debía tejer un equipo capaz de devolver la ilusión al aficionado, al tiempo que debía cumplir con el objetivo de salvar la categoría...
Tras un arranque dubitativo (3 derrotas consecutivas) el UB La Palma fue encontrando su línea de juego y los resultados fueron llegando. Los de Eloy Doce se convirtieron en un equipo combativo y complicado para cualquier rival, especialmente en su pista de Miraflores. El conjunto blanquiazul terminaba la primera vuelta con una victoria en Tarragona que le permitía redondear un balance de 8-9 que invitaba al optimismo, y más cuando en el arranque de la segunda vuelta se ganaba en Hospitalet y en casa al Gijón... Parecía que la salvación ya era un mero trámite y que el UB podía apuntar a cotas mayores, máxime tras vapulear al líder Cantabria Lobos en su propia pista en la 22ª jornada. Para ese entonces ya había aterrizado en nuestra Isla toda una leyenda del baloncesto ACB: Mr. André Turner...
Sin embargo, tras aquel brillante partido, y coincidiendo con una gastroenteritis de Steven Edwards, el rendimiento del equipo se tornó irregular y llegaron varias derrotas que disiparon el sueño de alcanzar los play-offs. A partir de entonces hubo que cambiar el chip de nuevo para lograr las 15 victorias que certificaran la permanencia en la LEB, objetivo que se logró al vencer al Gandía en la 30ª jornada. A partir de ese momento el equipo ya bajó los brazos definitivamente, si bien pudo despedir la temporada con una holgada victoria ante el Tarragona en Miraflores. Finalmente, el UB La Palma ocupó la 11ª posición con un balance de 16-18...
La campaña 2007/08 pasará a la historia como la aquella en la que se acumularon todo tipo de ‘desgracias’: mala planificación deportiva, lesiones, cambio de entrenador, dimisión del presidente Carlos Toledo por problemas de salud y finalmente, el descenso a la LEB Plata.
Con respecto a la temporada precedente, la directiva palmera logró renovar al capitán Sebas Arrocha, al incombustible Steven Edwards, que afrontaba su quinta temporada en la Isla, y al pívot Francis Koffi. Para hacerse cargo del equipo se contrataron los servicios de Ñete Bohigas, un técnico de sobrada experiencia en la categoría y que llegaba con el reto de mejorar los números de su antecesor en el cargo, el asturiano Eloy Doce. De su mano llegaron a La Palma dos bases experimentados como Carles Canals y David Gil, que curiosamente habían coincidido meses atrás en Melilla, un jugador de su confianza como Charly Martínez para defender en la posición de alero, y el talentoso Héctor Manzano, un “4” al que las lesiones habían lastrado hasta la fecha. El equipo se completaba con Isma Torres, todo un ‘clásico’ de la LEB, Mario García, un pívot grande para intimidar en la pintura, y el norteamericano Reggie Moore, jugador espectacular que apuntaba grandes maneras.
Con estos mimbres se inició la temporada. Edwards, con problemas de espalda, fue reemplazado temporalmente por Anthony Johnson, un alero que ‘encandiló’ por sus condiciones físicas, aunque de rendimiento irregular, mientras que Manzano, que apenas había jugado en pretemporada, también se perdió varios partidos debido a un esguince de tobillo. El UB empezó mal la competición, tanto que no ganó su primer partido hasta la séptima jornada, acabando la primera vuelta como colista y con un pobre balance de 14-3.
La directiva del Club reaccionó cesando al técnico Ñete Bohigas y entregando las riendas del equipo al técnico local Domingo Rodríguez. Además, dejaron la plantilla jugadores como David Gil, Charly Martínez, Reggie Moore y Mario García, cuyo rendimiento distó mucho de ser el esperado. En su lugar llegaron Perico Sala, Marcos Suka, el recuperado Edwards y el gigante alemán Robert Maras. Poco a poco el UB La Palma comenzó a recuperar el terreno perdido y, victoria tras victoria -llegó a encadenar hasta seis de manera consecutiva- logró abandonar los puestos de descenso a falta de cuatro jornadas. Por desgracia, el calendario final era complicado, y las derrotas ante Lleida, Breogán y Tenerife hicieron estéril la proeza de vencer en la última jornada al poderoso Bruesa GBC en un abarrotado Miraflores. El público aplaudió puesto en pie durante tres minutos al equipo y se derramó más de una lágrima, pero el equipo se iba a la LEB Plata debido a los resultados de los demás implicados, especialmente el ‘apañado’ triunfo de Cantabria en Melilla...